Monday, March 13, 2017

Maserati Sebring, el GT italiano de los 60 nunca olvidado

Si hay un modelo de referencia en el mundo de los Gran Turimo (deportivos para viajar) en los años 60 del siglo pasado ese es el Ferrari  250 GT. Pues bien, el Maserati Sebring fue gestado para competir la icónica serie Ferrari 250 GT como el coche italiano de referencia para los amantes de los automóviles (pudientes, claro, de Europa y sobre todo de Estados Unidos).
El Maserati Sebring fue mostrado por primera vez al público en 1962 en el Salón de Ginebra. Llegaba para reemplazar al Maserati 3500 GT, construido desde 1957 y del que tomaba buena parte de sus elementos técnicos. Su nombre le llegó tras la famosa victoria de la compañía en 1957 en las 12 Horas de Sebring.

Fundada por los hermanos Maserati en 1914, es uno de los fabricantes más longevos de Italia y una de las marcas más respetadas, pero es justo reconocer que los años 60 no eran un buen momento para la compañía. No se contaba con muchos recursos en caja y fue entonces cuando se decidió dar un volantazo en la política empresarial. De los coches de competición se pasaría a producir vehículos de calle con la esperanza de generar más ingresos. El Maserati Sebring era la pieza angular de este plan.
En origen el Maserati Sebring  contaba con el motor de seis cilindros en línea y 3,5 litros del cubicaje de 220 CV con el que era capaz de alcanzar los 200 km/h y llegar a los 100 km/h desde parado en 8,5 segundos. Era un bloque derivado del 350S, un coche de carreras diseñado por Alfieri en 1956. Fue pionero en los coche italianos en incorporar la transmisión automática de Borg-Warner (era opcional, como el aire acondicionado y un diferencial de deslizamiento limitado). A lo largo de su producción se aumentó su capacidad hasta los 3.694 cc y 245 CV (ya en 1964), pero fueron muy pocas de las 348 unidades que se produjeron en total del Sebring Serie I, entre 1962 y 1965.



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