Caras en coches: Lo más inquietante que verás hoy
Más allá de las teorías sobre Cars, está claro que los faros, la parrilla y otros elementos a veces consiguen que los coches y otros vehículos parezcan humanos. Son inquietantemente antropomórficos… y esa imagen de personas aparecen mucho más allá del frontal del coche, como verás a continuación:
Caras que sospechan de algo…
Este coche parece el típico señor mayor que está enfadado y conspirando sobre algo…
Una silla de lo más emocionada
La cara de esta silla parece estar diciendo “Ven, yo te llevo”. La emoción en su mirada es innegable
Semáforos enfadados
Si de normal el rojo del semáforo suele indicar prohibición, en esta ocasión parece incluso más prohibido pasar. Sin duda yo no me atrevería a saltarme ese semáforo…
Motores que están hartos…
Su cara indica saber de sobra lo que va a suceder, y parece no hacerle especial emoción…
Vehículos contentos
Tampoco hay que usar mucho la imaginación para ver un niño pequeño, muy contento por algo que está apunto de suceder (que no sabemos muy bien que será).
Este camión parece ser algo más mayor, pero tampoco parece perder el optimismo por realizar su trabajo. ¡Estas caras alegran el día a cualquiera!
Este camión parece ser algo más mayor, pero tampoco parece perder el optimismo por realizar su trabajo. ¡Estas caras alegran el día a cualquiera!
Huevitos tristes
La forma del neumático de esta moto parece una sucesión interminable de huevitos tristes por algo. Bastante enternecedor.
La sombra que le delata
La sombra es de lo más interesante, parece la máscara de algún tipo de robot maligno o algún otra cosa similar. Sin duda muy interesante.
Una farola muy bien puesta
El reflejo de la farola con el cristal del coche parece simular dos ojos, y el morro tan alargado del coche crea algo así como la cara de un señor mayor pensativo por algo.
Un poco de emoción
La cara de este coche parece estar diciendo estar súper emocionado por verse ahí parado en ese garaje.
Trenes endemoniados
Quizá si veas está imagen de primeras te de un mini-infarto al ver los luces infernales de esos trenes en Dinamarca. Sin duda, a mi no me gustaría encontrarme a esos trenes mirándome de esa manera.
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