Fiat 124 Spider: historia en diez actos
Si hay una marca que está en un momento dulce, esa es Fiat. Los transalpinos se encuentran inmersos en una avalancha de renovación de productos en la que han dividido la gama en una de coches más lógicos y funcionales (con el Panda y la nueva familia Tipo como estandartes) y otra más pasional, en la que manda la familia 500 (con ya cuatro variantes, la berlina, el cabrio, el monovolumen 500L y el SUV 500X… pero no sólo ella. Se ha unido a ella otro coche con mucha historia a sus espaldas, el Fiat 124 Spider. Puede que no tan conocido como el Cinquino… y por ello hemos querido recordar de dónde viene.
1966. Turín como escaparate
En noviembre de 1966, hace casi 50 años, se presentaba en el Salón de Turín el Fiat 124 Spider. Un año antes, los transalpinos barajaban opciones para contar con un competidor digno del Alfa Romeo Giulietta y los cabrios britanicos como el MGB o el Triumph Spitfire.
La opción más lógica (y barata) era partir de una plataforma ya conocida. Y le tocó al Fiat 124 berlina, del que se mantuvieron suspensiones, transmisión… La carrocería era 14 cm más corta (3.971 mm de longitud), obra del mejor carrocero del momento, Pininfarina, que confió la misión a Tom Tjaarda. El holandés tomó recursos de algunas de sus creaciones, como el Ferrari 275 GTS o el prototipo Rondine, que GM descartó para su Corvette y fue quien inspiró la característica línea de cintura del 124 Spider).
En el apartado técnico era bastante avanzado para la época. En el Salón de Turín se presentó el Fiat 124 Sport Spider 1400, (llamado AS1 por su códifo interno) con motor de 1.438 cc biárbol que rendía 90 CV que entregaba a las ruedas traseras mediante un cambio manual de cinco velocidades. Con un peso en vacío de 945 kg, alcanzaba los 170 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 11,8 segundos. El consumo era de 9,4 l/100 km.
En 1969 aparece el BS1, un motor 1.6 de 110 CV similar al que montaba el Seat 124 Sport Coupé. Se diferenciaba estéticamente del resto en que el capó delantero contaba con dos jorobas y hacerle hueco a esta mecánica, además de los nuevos pilotos traseros que incorporan la luz de marcha atrás.
1968. La conquista de América
Si hay un mercado que se volvió loco con el 124 Sider, ese fue el americano. Incluso hoy en día están muy cotizados aquellos coches (también es cierto que se trata del descapotable italiano clásico más asequible, pues todos aquellos de marcas que acaban en vocal son inalcanzables para la mayoría de los aficionados a los clásicos).
Cuando llegó a Estados Unidos en 1968, lo ofrecía todo: Una imagen soberbia gracias al diseño de Pininfarina, motor de cuatro cilindros con culata de aluminio que entregaba sus 96 CV de potencia y 112 Nm de par a las ruedas traseras mediante un cambio manual de cinco velocidades.
Extremadamente divertido de conducir, este coche de 3.971 mm de longitud y 913 kg de peso alcanzaba los 169 km/h y podía acelerar de 0 a 100 km/h en 11,9 segundos. El cuarto de milla (auténtica vara de medir en Estados Unidos) lo completaba en 18,1 segundos. Al nivel de coches con un pedigrí más refinado… pero el 124 Spider era mucho más barato y apenas gastaba 9,5 l/100 km.
Un chollo al otro lado del Atlántico y es comprensible el “enamoramiento” del mercado. Fiat importó alrededor de 120.000 coches a EE.UU. en todo el periodo que estuvo allí presente. En los años 70, se enviaban tantas unidades a América que buena parte de ellos hacían el viaje en cubierta. Si el concesionario que lo recibía no lavaba a fondo el coche nada más recibirlo, la salitre acababa con ellos, pues entonces no existían los tratamientos antióxido.
1972. Llega la picadura del escorpión
El Fiat 124 Spider también tuvo un papel muy relevanteen el mundo de la competición. Entre 1967 y 1972 se modificaron muchos Spider de serie para correr. Ganaba (se llevó el Campeonato de Italia de Rallies de 1970 y quedó noveno en el Rally de San Remo del mismo año)… pero hay que reconocer que había coches mejores, como el Lancia Fulvia o el Alpine A110.
La respuesta llegaría por parte de Carlo Abarth. Ojo con lo que preparó. Bajo la denominación interna CSA, en 1972 llegaba el Fiat 124 Abarth. Montaba un motor 1.800 con doble carburador y 128 CV de potencia. Tenía una carrocería más ligera, mejor lubricación, suspensiones traseras independientes y carecía de paragolpes. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 8 segundos y es uno de los más buscados por los coleccionistas.
La versión de competición rendía 165 CV en el primer Grupo 3 (que tuvo los habituales problemas de juventud de fiabilidad). De ahí se pasó a una versión del Grupo 4 que llegó a ganar el Rally Acrópolis y el Campeonato de Europa en 1972.
No comments:
Post a Comment