SU REPUTACIÓN NO SE PUEDE RESTITUIR
Cuando un fabricante tiene un serio problema de imagen, le cuesta mucho recuperarla, o le cuesta muchísimo, o desiste. Podemos citar los escándalos de calidad y seguridad que tuvo Toyota a finales de la década pasada con el Pedalgate, los bombines defectuosos de General Motors o los Audi 5000 que -se dijo- se aceleraban solos y atropellaban al personal. Son algunas miserias de los tres fabricantes mundiales más importantes en aquel país.
Ahora mismo el Grupo Volkswagen trabaja en motores diésel que no solamente puedan cumplir la normativa Euro 6c, también otras normas muy duras como la japonesa o la surcoreana. ¿Y qué hay de Estados Unidos? Tiran la toalla, en aquel mercado la reputación de los Clean Diesel está herida de muerte.
Cuenta Car & Driver que habló en Berlín -aprovechando la Fórmula E- con el actual responsable de desarrollo de Audi, Peter Mertens. Este aclaró que los diésel no van a volver a EEUU por este motivo: “no creo que los americanos (sic) crean de corazón, por su forma de conducir y cultura, que estén adaptados a los motores diésel”. Sí, ahora va a resultar que el problema es la gente.
Cuando se lanzaron las motorizaciones diésel “limpias” en EEUU, a partir de 2008, se prometió al público una gran economía de combustible (cierto), bajas emisiones (mentira), mucho par máximo (cierto) y el prestigio de varias marcas europeas (cof cof). Pero el problema resulta que es cultural, ¿y qué esperaba VAG después de haber tomado el pelo a más de 500.000 clientes?
Hasta que la EPA hizo público el engaño en septiembre de 2015, la reputación de los Clean Diesel era buena
Los norteamericanos tienen razones de sobra para renegar de los diésel por sus elevadas emisiones de óxidos de nitrógeno. El problema de imagen de los diésel lo ha provocado el propio fabricante, esperando que nadie se diese cuenta del engaño. Si sale una nueva generación de motores que cumpla -sin hacer trampas- con las normativas de los 50 estados de la unión, no se atreverán a comercializarla. Resulta que sí se había logrado hacer que los diésel fuesen compatibles con la idiosincrasia de EEUU, no en vano hasta la cuarta parte de las ventas de la marca Volkswagen eran petroleros.
Las últimas oportunidades de hacerse con un diésel de Volkswagem, Audi o Porsche son escasas. Se están liquidando unas unidades modelo 2015 que fueron rectificadas para bajar sus emisiones. En 2018 tiene que haber una solución técnica para reducir las emisiones de los casi 480.000 Clean Diesel de 2 litros y los casi 80.000 de tres litros. De estos últimos, los que se vendieron primero lo tienen más complicado.
Aquellos Clean Diesel que no puedan reducir sus emisiones estarán condenados al desguace
Lo del Audi 5000 fue un episodio de imagen pública mal resuelto, porque los coches realmente no fueron los culpables de episodios de aceleración incontrolada, sino clientes que confundían los pedales y trataban de parar los coches machacando el acelerador. Y pasó lo que tenía que pasar. Esta vez el enfado de la gente está un poco más justificado.
De hecho, el planteamiento de los Clean Diesel era aún mejor que en Europa: motores adecuados a los grandes trotadores y devoradores de kilómetros. Al otro lado del Atlántico miles y miles de personas se han creído que se compraban un coche “ecológico” para hacer menos de 10.000 kilómetros al año, gaseando las ciudades y visitando al taller más a menudo con averías.
¿Cuál es la diferencia? En Europa los impuestos pervirtieron el mercado, en EEUU el gasóleo es más caro que la gasolina, los diésel son más caros que los gasolina, y allí se compró un TDI el que realmente lo necesitaba. Ahí funcionó el planteamiento, pero claro, en la parte que era verdad.
En Europa la reputación de los diésel ha caído mucho, las ventas también, pero con motorizaciones más limpias (solo es un problema de precio, la tecnología ya existe) el consumidor aún está dispuesto a aceptarlos. En EEUU les costaría mucho, o tal vez tendrían que fichar a los responsables de RRPP de Toyota en los años del Pedalgate. Ya poca gente se acuerda de eso. Y por volver a Volkswagen, Audi, con el tiempo, consiguió dejar atrás aquel lastimoso episodio del Audi 5000.
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