Tuesday, June 27, 2017

Spinning: un deporte de alta intensidad que hay que saber practicar

Hacía tiempo que no hablábamos de rutinas deportivas por aquí, pero con mi reciente vuelta al gimnasio y a la actividad física he pensado que os podría contar mi propia experiencia. Hace poco leía un artículo científico, muy interesante, sobre la práctica del spinning. No sé si habéis hecho alguna clase de este tipo en algún momento, pero la intensidad que se puede alcanzar es elevadísima.
Hace algunos años yo era una auténtica adicta al spinning. La verdad es que este tipo de clases colectivas son realmente divertidas y nos garantizan una quema de calorías elevada. Además, si se hace la clase siguiendo las instrucciones del monitor, también podemos adquirir cierta capacidad muscular y tonificar algunas partes del cuerpo.
No obstante, en el estudio que estuve leyendo aseguran que realizar este tipo de entrenamientos de forma habitual puede llevarnos a un exceso o sobreentrenamiento que, en algunos casos, resultaría muy perjudicial para la salud. Los expertos hablan de una patología llamada rabdomiolisis. Esta enfermedad debilita los músculos hasta que estos liberan una proteína que afecta seriamente a los riñones.
Dicen que los síntomas de esta patología son dolores musculares o problemas al caminar tras 48 horas de haber llevado a cabo la clase de spinning. Los investigadores aseguran, en su artículo, que estos ejercicios intensos pueden ser muy beneficiosos, pero que en niveles extremos incrementan el riesgo a sufrir esta grave enfermedad.

CONSEJOS PARA PRACTICAR SPINNING

Obviamente el spinning es uno de los entrenamientos más positivos que hay. Eso no quita que un nivel excesivo de entrenamiento pueda ser perjudicial. Pero esto ocurre con casi todos los deportes. De hecho, muchos expertos en la materia recomiendan practicar spinning a aquellas personas que no pueden hacer running debido a lesiones concretas.
Mi recomendación y la de muchos entrenadores se basa en la moderación. Es decir, hacer spinning una o dos veces por semana, controlando la intensidad de la bicicleta estática y sin excesos. Mi experiencia me dice que extralimitarse con la práctica de este deporte no es nada positiva. Hace años yo era una adicta a estas clases colectivas del gimnasio. Tanto es así que solía hacerlas cinco veces a la semana. Mis músculos apenas tenían tiempo para descansar y descargarse. Al final todo se tradujo en una grave lesión de rodilla, que me bajó de la bici casi para siempre.
Ya sabéis que me gusta mucho salir a correr y mis problemas con las rodillas los notaba en el momento de la carrera. Durante la clase de spinning todo era ideal. El traumatólogo me aseguró que mi condromalacia rotuliana nada tenía que ver con el running, sino con la elevada intensidad que alcanzaba en la bicicleta. Así que me prohibió volver a subirme a una bici. Después de varios años estoy retomando las clases de esta actividad física que tanto me gusta, pero con mucha más cabeza y sin excesos.

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