ESTUDIAMOS LA EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO A LO LARGO DE LA HISTORIA
Los SUVs, esos coches que vemos cada vez más y más por nuestras carreteras y cuyo auge no parece que vaya a parar. En el año 2015 se vendieron 3,2 millones de este tipo de vehículos en Europa, superando por primera vez a los líderes del mercado por entonces, los utilitarios. Pero no sólo eso, sino que en 2016 incrementaron su cuota en un 21,4%, lo que significa que uno de cada cuatro coches vendidos ya son SUVs. A nivel mundial, el pasado año, su cuota representaba ya el 29%.
Durante los últimos 25 años la popularidad de estos coches aumentó entre los conductores de las urbes, especialmente en la última década
Y como no vamos a dejar de verlos en un futuro cercano, vamos a hablar en este artículo un poco acerca de ellos. Primero de todo, ¿qué es un SUV? No vale decir “coche sobrelevado útil para subir bordillos e ir a recoger a los nenes del colegio”. El acrónimo SUV proviene del inglés y significa Sport Utility Vehicle o, traducido al español, Vehículo Utilitario Deportivo, entendiendo por deportivo no el hecho de ser veloz, sino el hecho de estar relacionado con el deporte y la aventura. A día de hoy se podrían definir como automóviles mixtos que combinan el pragmatismo de un turismo con la robustez de un todoterreno.
Principalmente podemos hablar de la génesis del SUV en el mercado norteamericano, donde el combustible es muy barato, el espacio para aparcar no suele ser un problema -fuera de las grandes ciudades- y los hábitos de conducción son muy diferentes. Tradicionalmente el mercado europeo ha sido más de coches de tamaño contenido, especialmente después de la SGM, cuando el automóvil se populariza a un ritmo muy elevado. Según va mejorando el nivel adquisitivo, se va pasando a modelos más grandes y espaciosos.
Según el diccionario Merriam-Webster, un vehículo utilitario deportivo es “un vehículo similar a un familiar, pero construido sobre un chasis de camión ligero”, entendiendo como “camión” un pick-up o una camioneta. También se define como “un vehículo grande que está diseñado para ser utilizado sobre superficies de firme irregular, pero que a menudo se utiliza en carreteras y ciudad”. Incuso en el presente, el acrónimo SUV se define también como cualquier turismo con tracción a las cuatro ruedas y una distancia al suelo elevada. Está claro que esta última definición no es la más científica ni la más correcta. Incluso a veces se llama SUV a los auténticos todoterrenos.
La popularidad de los SUVs comenzó durante la década de los 90 para cubrir una necesidad, la de aquellos conductores que demandaban un automóvil sólido y “seguro” (es lo que la gran mayoría de gente piensa, aunque está demostrado que no), como los todoterreno, pero con un enfoque más urbano y asfáltico en vez de campero. Hasta entonces podemos hablar de que la forma iba ligada estrechamente a la función.
Los todoterreno eran vehículos pensados para labores en el campo y disponían de un chasis formado por largueros y travesaños, o en escalera. Las suspensiones eran con ballestas, tenían tracción a las cuatro ruedas y disponían de caja reductora. Estos vehículos eran rudos, pensados para trabajar y circular en el campo, además de contar con una gran capacidad de remolque y grandes recorridos de suspensión. Estaban diseñados para no quedarse atascados en los caminos. Progresivamente, estos vehículos se fueron dulcificando dando como resultado lo que ahora tanto prolifera.
Hoy en día, estos “vehículos utilitarios deportivos” se distinguen por su chasis monocasco y la posibilidad, en su mayoría, de equipar tracción integral. A diferencia del clásico monovolumen, estos coches pueden circular con mayor comodidad por carreteras pedregosas o en mal estado. Si quieres hacer off-road de verdad, es mejor comprar un todoterreno de verdad, de esos que apenas quedan en el mercado…
La base principal de los primeros SUVs era la de un familiar con una gran distancia entre ejes
Sin embargo, los primeros SUVs eran descendientes de los vehículos comerciales y militares, tales como los Jeep y Land Rover de la Segunda Guerra Mundial. Pero los primeros coches de esta tipología llegaron antes de los delirios de grandeza de Hitler y la invasión a Polonia. Veamos algunos de ellos:
Chevrolet Suburvan Carryall (1935-1940)
Primero de todo, querría destacar como curiosidad que el nombre “Suburban” es uno de los más longevos de la historia de la automoción, un nombre que se sigue usando a día de hoy 82 años después. Durante las primeras décadas del siglo pasado, viajar largas distancias era un auténtico via crucis: apenas existían carreteras en condiciones (caminos, básicamente) y hacer viajes largos era un auténtico suplicio. Tomando en cuenta estos reclamos, Chevrolet creó en 1935 el Suburban Carryall, el considerado primer SUV de la historia.
Aquella primera generación salía de lo convencional al ser un vehículo que fusionaba las dimensiones de una camioneta de reparto con la comodidad de un automóvil. Tenía muchos elementos característicos, como una gran cantidad de ventanas, capacidad para ocho pasajeros (en disposición 3/2/3) y una potencia de 60 CV extraídos de un bloque de seis cilindros de 3.4 litros. A diferencia de los vehículos de la época, los propietarios del Suburban podían llevar no sólo a los pasajeros, sino también una gran cantidad de equipaje. Asimismo, pronto se dieron cuenta que el espacio de carga podía ser aún mayor al retirar los asientos traseros. Se vendió únicamente en formato de propulsión trasera.
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, su popularidad aumentó de manera considerable debido a que la gente necesitaba un vehículo con la capacidad de transportar a las numerosas familias. Después de más de 80 años de vida, el Chevrolet Suburban ha visto pasar 12 generaciones y más de 10 millones de unidades vendidas.
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