Wednesday, January 11, 2017

Viajar barato, feliz y en carro


Nuestro mundo se ha visto revolucionado en la última década gracias a internet. Esta herramienta ha cambiado un sinnúmero de aspectos de nuestra vida cotidiana. La comunicación y la interacción con nuestros amigos, lo que consumimos y lo que aprendemos pasa, en una importante medida, por esta innovación que, sin lugar a duda, ha redefinido nuestra sociedad.
La red ha abierto nuevos espacios para generar vínculos y alianzas con otras personas. Uno de los productos más innovadores en materia de movilidad son las aplicaciones desarrolladas para compartir carro con perfectos desconocidos. La idea es tan brillante como simple.
Supongamos que yo tengo un carro y pretendo realizar un viaje desde Bogotá hasta Ibagué y que, por razones de fuerza mayor o porque soy un forever alone, no cuento con ningún acompañante. Cuando haya cubierto los 184 kilómetros que me separan de mi destino final, habré gastado alrededor de 25.000 pesos en gasolina y la módica suma de 34.300 pesos en peajes.
Para ahorrarme una platica, tengo dos opciones. La primera, tomar una flota en la Terminal de Transportes, que cuesta entre 20.000 y 30.000 pesos, dependiendo de la empresa, y dejar mi pichirilo en casa. Por supuesto, hay que contar con los gastos extra como el pasaje del bus y saber que, en Ibagué, tendré que encontrar el medio de transporte para moverme de un lugar al otro. La alternativa es conseguir al menos una persona para que venga conmigo a Ibagué y que acceda a dividir los costos del viaje. Gracias a Internet, glorioso Internet, esto no solo es posible sino que también es relativamente fácil. Basta con descargar la aplicación Tripda, publicar mi ruta y esperar a que un desconocido reserve su cupo y se monte a mi carro.
Para poder reservar un cupo en mi carro, aquel desconocido debe conectarse a la página usando su cuenta de Facebook. De esta forma, puedo tener una idea del perfil del individuo con el que voy a compartir mi carro durante las casi 4 horas de trayecto. Además, el usuario en cuestión cuenta también con un perfil en Tripda, en donde las personas que han compartido su carro con él pueden publicar sus comentarios y calificarlo. En síntesis, lo que se genera es una comunidad de viajeros, frecuentes y ocasionales, basada en la confianza y la solidaridad.
Gracias a esta aplicación puedo ahorrar dinero y compartir con alguien esas interminables horas de trancones y carretera. Y ni hablar de lo triste que es parar a comerse una auténtica lechona tolimense en Espinal estando solo. Con esta modalidad de carro compartido, hasta las paradas en carretera son más amenas.
Si cuento con algo de suerte, tendré más de un pasajero interesado en viajar en mi carrito hasta Ibagué, o a alguna ciudad intermedia como Girardot, por ejemplo. Entre más pasajeros se monten a mi carro, mayor es la economía, ya que la condición para viajar es estar dispuesto a pagar una módica tarifa, que es casi siempre menor a la del bus.
Muchos usuarios de esta aplicación están usándola para sus viajes cotidianos. Hay una gran cantidad de universitarios que publican sus trayectos y que terminan haciéndose amigos en el trancón. Lo mismo sucede con cientos de trabajadores que van desde la periferia hacia el centro de la ciudad.
En la aplicación existe incluso una opción para aquellas mujeres que prefieren viajar solo con personas de su mismo sexo. Aunque eso habla muy mal de nuestra sociedad, es una opción interesante para las chicas que no quieren exponerse a cualquier tipo de acoso o que, como dicen en la página, “prefieren hablar cosas de mujeres”.
No he tenido la ocasión de usar Tripda, pero en varias oportunidades utilicé este tipo de plataformas en otros países y las experiencias fueron siempre gratificantes. Recomendaría esta opción sin lugar a dudas porque es más divertido y económico. Pero sobre todo porque considero que el acto de compartir su carro ayuda a descongestionar las calles y carreteras del país, favorece al medio ambiente y genera tejido social.

No comments:

Post a Comment