Friday, January 6, 2017

5 averías que nos pueden ocasionar los andenes



Los andenes cumplen la función primordial de separar el espacio entre los carros y los peatones, e incluso las ciclovías; son una guía para la conducción por las ciudades y una medida de seguridad para los que van caminando.
Nadie duda de su utilidad, es imposible pensar en una ciudad en la que pueda convivir cualquier tipo de vehículo con los peatones sin la presencia de las aceras. Como parte del mobiliario básico de cualquier urbe, los conductores los utilizamos para estacionarnos a su lado o incluso encima de ellos.
Lo que tal vez muchos de nosotros no sabemos es que podemos causar serios daños a nuestro carro por acercarnos o montarnos imprudentemente en los andenes, que pueden ir desde suaves roces en las llantas a graves averías en la suspensión, como veremos a continuación.
– Rozar y deteriorar las llantas: Cuando estamos estacionando podemos terminar con arañazos y raspones en las llantas que deslucen su acabado, por eso tenemos que ser muy cuidadosos y tratar de alienarlo con la acera sin tocar el perfil de la llanta con ella. Además si calculamos mal la distancia y nos damos un golpe fuerte contra el andén, el neumático se puede llegar a deformar y perder presión.
También cuando apoyamos la llanta contra la acera sin llegar a subirnos a ella, estaremos desgastándolo hasta el punto de que termine reventándose, pinchándose o formando grietas y bultos que comprometen nuestra seguridad.
Un buen consejo es no dejar nunca nuestro carro estacionado de manera que la llanta se quede apoyada en el andén porque estaremos forzando toda la estructura del neumático con el peso del carro y así habrá más posibilidades de que aparezcan esas imperfecciones que acaben con él.
– Dañar el neumático subiendo al andén: Cuando nos subimos a una acera, el golpe que damos a la llanta puede crear fracturas y cortes en la banda de rodadura o bollos que aumentan el peligro de que se reviente el neumático, con el inconveniente adicional de que lo más probable es que estas fallas no se hagan evidentes en el momento sino horas, días o meses después con la pérdida de presión progresiva que lo dejará desinflado o hará que se nos estalle cuando estemos conduciendo, con el peligro que eso acarrea.
Si es necesario que nos subamos en un andén, podemos minimizar los daños haciéndolo por la zona más baja y en diagonal o en perpendicular y por supuesto extremando el cuidado y con la mínima velocidad que podamos permitirnos.
– Acabar con la suspensión: En principio los amortiguadores están fabricados para que no tengamos problemas a la hora de subirnos en un andén, pero si no tenemos cuidado y damos un golpe fuerte contra la acera podemos tener una avería seria en el sistema de suspensión, ya que se destrozan los muelles o se dañan los amortiguadores; si además no llevamos el carro al taller lo antes posible, lo más seguro es que terminemos también con las llantas dañadas y las tengamos que cambiar.
– Desajuste y desequilibrio de las ruedas: Dar un fuerte golpe al tren delantero por subirnos a un andén o pegar contra la acera de forma violenta al estacionarnos puede comprometer el ajuste del paralelo que se realiza cuando mandamos a alinear el carro, de manera que arriesgamos su estabilidad y comenzará a desviarse hacia un lado o será difícil que mantengamos la línea recta con el timón centrado, desgastando irregularmente las llantas.
Cuando se unen la llanta y el neumático deben trabajar en equilibrio y tener un reparto de masas adecuado, para eso se usan unas placas de metal que son unos contrapesos de plomo que ayudan a minimizar las vibraciones que se transmiten a la dirección y al timón y que se ponen en el interior de la llanta.
Al subirnos a los andenes sin tener cuidado o dar un fuerte golpe contra la acera, estas placas pueden llegar a soltarse (aunque estén bien adheridas a la llanta) y perderemos ese ajuste del equilibrado, con la consecuencia de que comenzarán a aparecer las vibraciones y la llanta se desgastará de forma desigual.
– Romper algo por debajo: Bien sea que tengamos un carro de altura normal, una camioneta alta o un carro deportivo muy bajo, debemos recordar que los andenes tienen diferentes alturas y cualquier tipo de vehículo puede resultar afectado. No podemos olvidar que toda la parte de debajo de nuestro carro está completamente desprotegida y un golpe en alguna de sus zonas puede ocasionar daños en diferentes sistemas, entre ellos el motor; podemos averiar alguna manguera o hacer una brecha o una fisura en el cárter o dañar los soportes de la dirección.

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