Wednesday, January 4, 2017

2 cajas de cambio y 2 formas de manejar 

Creo que a todos nos ha pasado que cuando comenzamos a manejar una de las cosas a la que más prestamos atención es a cuándo y cómo debemos meter los cambios, hasta que con el tiempo se vuelve un movimiento tan automático que prácticamente nos olvidamos de la caja de velocidades.
Si esta caja no existiera nuestro carro solamente empezaría a avanzar después de unos cuantos empujones y únicamente podría desplazarse sobre un piso llano, incapaz de subir una cuesta porque el motor no tendría la fuerza necesaria para mantener la velocidad y terminaría parándose.
Por eso es que la caja de velocidades es un elemento indispensable para el funcionamiento de nuestro carro, ya que a través de diferentes engranajes se encarga de acoplar el motor al sistema de transmisión, haciendo que las ruedas siempre tengan lo necesario para mover el vehículo subiendo y bajando la cantidad de revoluciones.
Aunque en Colombia la caja de velocidades manual sigue siendo la más usada, la automática se ha popularizado durante los últimos años y las dos son mecanismos delicados y complejos que hacen posible que nuestro carro se mueva. A grandes rasgos, estas son sus diferencias:
– Caja de velocidades manual: No puede realizar el cambio sin que intervenga el conductor, tiene entre uno y tres ejes móviles y una serie de piñones dentados que están determinados por la cantidad de cambios disponibles en un vehículo. Tiene un eje principal que sostiene los engranajes y sirve de enlace entre las relaciones y el clutch.
– Caja de velocidades automática: Realiza el cambio de marcha de forma autónoma, se compone de un cerebro hidráulico que va detectando las diferencias de impulso, tiene un grupo de discos que se encargan de administrar la fuerza propulsora y un mecanismo de piñones parecido al de la caja manual.
Como es de imaginar, cualquier fallo en una caja de velocidades, sea manual o automática, va a representar un desembolso importante. Para optimizar al máximo su funcionamiento y alargar su vida útil, hay unos cuidados que podemos tener en cuenta:
 Cuidados de la caja de velocidades manual: Lo primero es pisar el pedal del clutch hasta el fondo cada vez que arrancamos o hacemos un cambio de marcha. También debemos olvidarnos de ese mal hábito que muchos tenemos de mantener apoyada la mano sobre la palanca de cambios mientras conducimos, pues la presión que ejercemos puede hacer que se rompan los dientes de los piñones o se desgasten los rodamientos.
Debemos tener el clutch funcionando perfectamente, pues si los discos están gastados o el cable está dilatado, se generan roces en los engranajes al hacer un cambio. También es importante que vigilemos el nivel de lubricante evitar que los piñones se dilaten por falta de refrigeración.
 Cuidados de la caja de velocidades automática: Es más fácil que este tipo de cajas sufra averías, así que debe tratarse con mucho más cuidado. Por lo tanto debemos estar atentos no solamente al nivel del lubricante sino al del líquido hidráulico que lleva este sistema, que tiene un color rojo característico.
A la hora de hacer un adelantamiento a otro carro, debemos pisar el acelerador con más contundencia, porque tarda un poco más de tiempo en reaccionar que la caja manual. Otro cuidado que debemos tener al ponerlo en la posición de parking es esperar hasta que el vehículo se haya detenido completamente, pues podemos dañar los discos que interactúan con los piñones de cambio.
Hay maniobras que pueden dañar elementos del cerebro hidráulico de la caja de cambios, como pisar el acelerador y el freno a la vez o trabar las ruedas con el freno de mano para deslizar el tren posterior, así que es mejor evitarlas.

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