El tema del aceite de motor puede ser de nunca acabar. Ya sabemos que tenemos que estar pendientes de que a nuestro carro no le falte, porque aunque es tan solo un líquido que se le agrega y no una pieza del automóvil, si nos quedamos sin él casi equivale a decir que nos quedamos también sin vehículo.
El aceite entra por todas las piezas del motor para lubricarlas y refrigerarlas, evitando que se rocen. Al ponerlo en nuestro carro se almacena en el fondo del bloque del motor y cuando lo encendemos pasa primero por el filtro para limpiar todas las impurezas de manera que no lleguen a los demás elementos vitales del vehículo.
Todas estas impurezas quedarán retenidas en el filtro cuando apaguemos el carro, por eso debemos mantenerlo en buen estado y cambiarlo al tiempo con el aceite, pues cuando está desgastado o deteriorado, la suciedad puede llegar al motor y comenzaremos a tener problemas.
La bomba de aceite transporta el líquido lubricante ya filtrado por todas las piezas móviles del motor, incluyendo el cigüeñal y el interior de los cilindros, hasta pasar por cada rincón y terminando su recorrido en la parte baja del motor, donde se filtra y se aspira de nuevo por la bomba para comenzar otra vez el proceso.
¿Elijo mi aceite por marca o por viscosidad?
A la hora de escoger aceites esta es una de las grandes preguntas que nos hacemos. Muchas veces los fabricantes de carros recomiendan una marca de lubricante determinado, pero en realidad esto se debe más a políticas y convenios empresariales y no a que una marca realmente sea la mejor o la más conveniente para un tipo de carro.
Hasta ahora, no existe un instituto independiente que realmente se encargue de probar qué marca de aceite es mejor, pero si hay una norma API (American Petroleum Institute) que fija unas especificaciones mínimas por tipo de uso y que puede ser una buena guía.
La propiedad más importante y en la que nos debemos fijar a la hora de elegir un aceite es la viscosidad, que indica la capacidad de las moléculas para fluir y que no debemos confundir con el índice de viscosidad, que es la variación de esa viscosidad de acuerdo con la temperatura.
Así que lo que distingue a un buen aceite es que debe ser fluido cuando la temperatura del motor es baja para que se adhiera a todas las piezas desde que arrancamos, cuando todavía está frío y que además conserve la viscosidad necesaria para no escurrirse cuando el motor ya esté caliente.
En todos los aceites hay dos cifras que vienen separados por una W (20W-40). El primer número es el de la viscosidad a temperaturas frías, la W es de Winter (invierno en español) y el segundo número indica la viscosidad del aceite con el motor caliente. De esta manera, un lubricante 5W-30 y uno 10W-30 trabajan igual cuando suba la temperatura del motor pero el segundo se va a tardar más en llegar a todas las piezas con el carro frío.
Para saber a qué viscosidad trabaja mejor nuestro carro, debemos fijarnos en el libro de mantenimiento y elegir el aceite de acuerdo con las cifras que nos marca el fabricante y no guiarnos por una marca determinada.
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