Del circuito de Fórmula 1 a tu carro

La temporada de Fórmula 1 está por comenzar y muchos creen que se trata solo de un deporte más, de un capricho de algunos que se gastan fortunas en un automóvil solo para darle vueltas a un circuito. Pero están muy equivocados, pues muchas de las tecnologías que se prueban en las carreras terminan llegando a los carros normales.

Y digo normales, porque realmente los F1 se parecen más a un avión de combate que a un automóvil para utilizar en las carreteras de cualquier país del mundo. Sin embargo, los equipos de Fórmula 1 tienen entre sus trabajadores a los mejores ingenieros y a los diseñadores más creativos del planeta, además de prácticamente no tener límites a la hora de invertir dinero en el desarrollo de los vehículos para la competencia.

Con todas estas ventajas, no es de extrañar que los automóviles de F1 sean los punteros en aspectos técnicos y en la aplicación de diferentes materiales e innovaciones tecnológicas, experimentando en condiciones extremas la eficacia de diferentes soluciones. Y todo ese trabajo no se queda únicamente en los circuitos, sino que en algún momento terminan llegando a nuestros automóviles, mejorando su seguridad, aspecto y comodidad.

Algunas de las primeras soluciones en aplicarse fueron los frenos de disco, después llegaron los materiales como el aluminio, cambios en los mandos del timón y otras soluciones electrónicas. Después han venido otras tan importantes como:

– KERS: Sistema de Recuperación de Energía Cinética, por sus siglas en inglés. Comenzó a utilizarse en la Fórmula 1 en el 2009 y se trata de un dispositivo que toma la energía cinética disipada en forma de calor en las frenadas y la convierte en energía eléctrica para almacenarla y utilizarla más tarde devolviéndola a las ruedas traseras y ayudando al motor en la salida de las curvas. Hay dos tipos: Uno basado en baterías y el otro es una rueda metálica imantada que gira a miles de revoluciones por minuto solo por inercia.

El equipo Williams comenzó a aplicar esta tecnología en buses, trenes y metros y se calcula que con este sistema el transporte público ahorrará alrededor de 20% en la factura de combustible. Toyota la incorporó en toda su gama híbrida para aumentar la autonomía recargando la batería mientras se maneja.

– Fibra de carbono: McLaren fue el primero en usarla a comienzos de los ’80, buscando un material más ligero y que aportara mayor rendimiento a sus carros de carreras. Hoy la vemos en todo tipo de vehículos, desde los autos de calle, pasando por los aviones y hasta las bicicletas.

– Caja de cambios semi-automática: El primer equipo en usar el diseño de la caja de cambios con levas en el volante fue Ferrari en 1989 (en el monoplaza de Nigel Mansell) y se pensó como una medida para mejorar la aceleración y los tiempos por vuelta al no tener que usar el embrague, además de presentar enormes mejoras ergonómicas para el piloto.

A mediados de los 90 Ferrari la incluyó en sus carros de calle, y ahora son muchas las marcas que la utilizan, principalmente en sus modelos deportivos de alta gama. Esta tecnología también consigue que personas con movilidad reducida puedan conducir y movilizarse con mayor libertad.

– Frenos cerámicos de carbono: Son frenos de disco parecidos a los que usamos habitualmente pero construidos con otros materiales que permiten reducir el peso de los frenos y aumentar su tolerancia al calor. Prestan un excelente rendimiento aún con un uso intensivo de manera que presentan una alta resistencia al desgaste y en condiciones normales de conducción tienen una vida bastante prolongada y reducen el peso del vehículo.

Este sistema de frenado lo ofrece Ferrari en sus carros deportivos de serie y BMW lo tiene como opcional. Sin embargo las marcas están desarrollando componentes más simples y baratos para intentar que esta tecnología esté disponible en automóviles que no sean solo los deportivos de alta gama; Hyundai ya está adaptándola en alguno de sus modelos con un precio más ajustado.

– Neumáticos: Es tal vez donde más se nota la influencia de la Fórmula 1, pues los neumáticos están expuestos a diferentes situaciones que sirven de prueba de calidad para las llantas seleccionadas, pues tienen que pasar del frío del circuito de Spielberg en Austria a las elevadas temperaturas y la arena de Dubai, a la humedad extrema de Malasia o a la falta de grip de Mónaco.

Con toda esta experiencia acumulada, los fabricantes de neumáticos han venido mejorando sus compuestos para conseguir una mayor durabilidad, seguridad y rendimiento tanto en las carreras de Fórmula 1 como fuera de los circuitos.