Sunday, January 8, 2017

Daños que le causamos a nuestro carro


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Cuando aprendemos a manejar nos enseñan las pautas de conducción, para qué sirven las señales de tránsito y algunas consecuencias legales de un mal comportamiento al volante. También puede ser que aprendamos nociones básicas acerca del funcionamiento mecánico de un carro, pero la mayoría de nosotros confiamos en que con ponerle gasolina, cambiarle el aceite y alinearlo sea suficiente.
En un artículo anterior hablamos de aquellos malos hábitos que muchos tenemos al conducir y que pueden hacer que nuestro carro se deteriore más rápidamente. Pero además de esas costumbres inadecuadas, hay muchas cosas que por desconocimiento o por falta de tiempo no hacemos y que pueden causar daños en nuestro vehículo.

– Usar productos de mala calidad: Por ahorrarnos unos cuantos pesos compramos productos que no tienen la calidad suficiente, pero a la larga el poco dinero que evitamos gastar nos puede ocasionar unos daños que nos dejarán con los bolsillos tiesos.
Un aceite de mala calidad puede crear grumos que dañan partes vitales del motor como la malla de filtrado de la succión de aceite a la bomba o el cárter. Cuando se trata de gasolina, puede resultar más barata porque está aguada haciendo que se dañen los filtros, que el carro no arranque con normalidad e incluso que se puedan dañar los pistones. Incluso si compramos una cera económica para pulir el exterior, comúnmente contendrá compuestos a base de petróleo que serán abrasivos y terminarán dañando la pintura.
– Uso del aire acondicionado: En ciudades como Bogotá normalmente no usamos el aire acondicionado (aunque con el calor de los últimos meses en realidad abusamos de él, pero no es lo normal). Es importante encenderlo mínimo una vez cada dos meses durante unos 10 minutos porque así el sistema se va lubricando, de manera que se reduce el riesgo de fugas de gas y se alarga la vida del compresor.
– Manejar con piezas desgastadas: La falta de tiempo o de presupuesto hace que algunas veces aguantemos y forcemos hasta el último minuto algunos elementos de nuestro carro, por ejemplo con unas llantas casi lisas o con los frenos desgastados.
Sin embargo, este comportamiento puede llevarnos a sufrir un accidente o a hacer que los rines se deformen con las consecuencias para los demás elementos como los amortiguadores. En el caso de los frenos podemos dañar los discos, que nos van a costar más que unas pastillas.
– Equivocarse al llenar el depósito: En los últimos años han comenzado a llegar al país los carros que funcionan con diésel y no con la gasolina que hemos usado toda la vida, lo que pude llevarnos en un momento de despiste a equivocarnos a la hora de repostar. No es muy común pero pude llegar a suceder.
Este error puede generar desde daños leves hasta severos en el motor, dependiendo de la cantidad que hayamos alcanzado a repostar y del principio termodinámico al que pertenezca el motor.
Para solucionarlo se debe desmontar completamente el sistema de alimentación para eliminar todos los residuos, además de revisar la bomba de inyección, ya que es el combustible el que se encarga de lubricarla.
– Subir las ruedas a la acera: A veces en algunas calles estrechas optamos por estacionarnos con medio carro en el andén y el otro sobre la vía, pero la fuerza que se ejerce contra la acera puede llevar a un daño en los neumáticos, en las rótulas y en todo el sistema de suspensión, especialmente si su altura supera los 5 centímetros.
– Conducir con el motor en bajas revoluciones: Aunque esta maniobra nos puede ayudar a la hora de ahorrar en combustible, si lo hacemos con demasiada frecuencia podemos dañar la válvula EGR, el filtro de partículas y el catalizador porque acumularán carboncillo y reduciremos su vida útil hasta un 50%, además de no pasar la revisión de gases.

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