Centenario de Ferruccio Lamborghini

De estar vivo, el señor Ferruccio Lamborghini estaría celebrando el centenario de su natalicio esta semana, el 28 de abril.
Este italiano, nacido en la provincia de Ferrara, es mundialmente conocido por ser el creador de los célebres deportivos de avezados diseños. Lo que muchos ignoran es que Lamborghini se hizo rico vendiendo otro tipo de vehículos motorizados: los tractores.

Gracias a su prolífico negocio, Lamborghini pudo darse el lujo de coleccionar autos deportivos, entre los cuales se encontraba un Ferrari 250GT. Para el italiano, el Ferrari era simplemente un buen carro con varios defectos: era muy ruidoso y duro para la carretera, los acabados interiores eran burdos y su embrague era deficiente. A su parecer, el Ferrari no era otra cosa que un auto de carreras acondicionado para las calles.

En varias ocasiones, Lamborghini condujo su Ferrari hasta Modena, para expresarle su insatisfacción a los fabricantes. En una oportunidad, el propio Enzo Ferrari lo insultó y le dijo que ningún fabricante de tractores le enseñaría a él a hacer autos deportivos.

Su descontento lo llevó a fundar Automobili Lamborghini a pocos kilómetros de la fábrica de Ferrari con el ánimo de crear un superdeportivo mejor que los de Enzo. Para ello, contrato a dos ex-ingenieros de Ferrari, quienes construyeron el Lamborghini 35OGT, mejorando todo lo que Ferruccio le había criticado a su Ferrari 250GT.

La afición de Ferruccio por la tauromaquia influyó enormemente en la imagen de su marca. Sin ir más lejos, el logotipo de sus deportivos es un toro de lidia. A su vez, varios de sus modelos llevan nombres de toros, como el Miura, una raza oriunda de Sevilla, o el Islero, el nombre del toro que mató al célebre Manolete en 1947. El Murciélago, otro ejemplar de la fábrica Lamborghini, lleva el nombre de un toro de Navarra indultado luego de sobrevivir a 28 estocadas en 1879.

Ferruccio Lamborghini murió de un infarto en 1993, a sus 76 años. Quizás su mayor triunfo en el mundo automotriz fue una frase popularizada por el cantante Frank Sinatra en los 60: “Usted conduce un Ferrari cuando quiere ser alguien; usted conduce un Lamborghini cuando ya es alguien.”