Quién no se acuerda de su primer carro, en mi caso un Renault 4 de color amarillo subido que me dio muchas alegrías mientras lo tuve. Entre otras, logré unos buenos bíceps gracias a la fuerza que tenía que hacer cada vez que intentaba estacionarme en un hueco pequeño; siempre terminaba sudando, con el cuello torcido y con los brazos y las manos adoloridas por el esfuerzo.
Por supuesto mi viejo Renault no tenía dirección asistida, ese invento maravilloso que ha permitido que la conducción sea más fácil y que podamos mover el timón incluso con un solo dedo, para transferir ese movimiento a las llantas para orientarlas con suavidad, dominando la fuerza de la inercia y el peso del vehículo e influyendo en su estabilidad.
A través de los años la dirección asistida se ha desarrollado de diferentes maneras, la más común de ellas es la hidráulica, también está la electro/hidráulica y últimamente se está usando la que es solamente eléctrica.
Como todos los mecanismos de nuestro carro, la dirección asistida también puede presentar averías que podremos detectar porque se presentan señales de advertencia:
– Ruidos. Cuando le damos la vuelta al timón comenzamos a oír un sonido como un quejido, un rechinar o un chillido que nos indica que hay poco aceite en la bomba de la dirección hidráulica.
– Movimientos del timón. La dirección asistida nos facilita el movimiento del timón, así que cuando estamos dando una curva o girando en una esquina notamos que estamos esforzándonos más de lo normal, es seguro que algo está fallando con la dirección.
– Manchas de aceite. Cuando dejamos nuestro carro estacionado durante algún tiempo y notamos manchas de aceite debajo, debemos comprobar el color. Si presenta un tono rosado, lo más probable es que esté perdiendo el líquido de la dirección asistida.
– Testigo. Si comienza a iluminarse el testigo de la dirección asistida del tablero, lo mejor que podemos hacer es mandarla a revisar, porque lo más seguro es que comience a presentar problemas.
Cuando veamos cualquiera de los signos anteriores hay que llevar el carro a revisar, pues tenemos una pequeña avería o simplemente le falta aceite y si lo dejamos pasar podemos ocasionar un daño que nos puede salir costoso, pues seguramente tendríamos que cambiar la mayoría de los elementos del sistema.
Las necesidades de mantenimiento de la dirección asistida no son demasiadas, hasta tal punto son mínimas que muchos ni siquiera sabíamos que existían; además su cuidado depende en gran medida del buen mantenimiento de otros componentes del carro. Sin embargo hay varias cosas que debemos hacer para que tenga un funcionamiento óptimo.
– Líquido de dirección. Debemos comprobar su nivel periódicamente, así sabremos si hay una fuga o simplemente se ha gastado por el uso continuo. Cuando falta el líquido de dirección la conducción se vuelve más difícil porque se endurece el timón.
– Conducción. Cuando volteamos el timón muy bruscamente y durante demasiado tiempo, o cuando pisamos el freno mientras giramos la dirección, o cuando manejamos la dirección con golpes bruscos, nos puede acabar costando caro porque el sistema asistido sufre innecesariamente.
– Mantenimiento de otros sistemas. Los amortiguadores gastados, las llantas con una presión inadecuada o la suspensión desalineada pueden hacer que pensemos que tenemos un problema con la dirección asistida, así que es mejor hacer su mantenimiento.
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