Thursday, January 12, 2017

La importancia del sistema de refrigeración


Como su nombre lo indica, el sistema de refrigeración de un carro es eso mismo: un sistema. La Real Academia Española de la lengua (RAE) define esta palabra como un “conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a determinado objeto.” Estas “cosas” son, entre otras, el radiador, la bomba de agua, el ventilador, el frasco de recuperación, las mangueras y las juntas. La función que cumple este sistema es de vital importancia para el buen funcionamiento del motor de su carro.
La importancia del sistema de refrigeración puede explicarse con las tres funciones que cumple, todas vitales para el buen desempeño de nuestras máquinas: calentar rápidamente el motor cuando está frío; dispersar el exceso de calor y; mantener una temperatura apropiada para un funcionamiento correcto. Casi la totalidad de los carros cuenta con un sistema de refrigeración en el que se recircula el agua o líquido refrigerante.
El líquido refrigerante es un aceite que no solo enfría el mecanismo sino que también lubrica las partes del propio sistema y las mantiene libres de óxido. Dicho óxido, en pequeñas proporciones, crea una coraza que bloquea los poros, evitando así posibles fugas. Sin embargo, una gran acumulación de óxido puede llegar a bloquear el aparato refrigerante, tal como le puede suceder a un ser humano cuando sus venas se bloquean por un elevado índice de colesterol.
Cuando se ha usado agua, no es recomendable pasarse al líquido refrigerante. Esto porque el uso de H2O es lo que causa la creación de óxido en los ductos del sistema de refrigeración. El aceite refrigerante, por su parte, tiene una acción detergente que arranca todo este depósito de sólidos. Sin embargo, al ser el sistema de refrigeración uno cerrado, no hay forma de que ese sedimento sea evacuado y es altamente probable que el sistema termine bloqueándose en algún punto. El consejo es pues que, si su carro ha utilizado agua para enfriarse, no la cambie por refrigerante.
Pero si usted insiste y prefiere emplear un líquido fabricado específicamente para este propósito, entonces le recomiendo que lo haga de la manera más gradual posible. Comience combinando una parte de refrigerante por nueve de agua e introduzca la mezcla en el sistema. Cada vez que cambie el líquido, aumente levemente la proporción de aceite refrigerante en la mezcla hasta lograr, luego de muchos cambios y de muchos meses, cambiar el agua por el tan apetecido fluido refrigerante.
¿Cómo evitar que falle el sistema de refrigeración de tu carro?
Es de gran importancia tener en cuenta que el sistema de refrigeración puede fallar en cualquier momento, sin previo aviso, especialmente en carros con un importante kilometraje. Alguna de las múltiples piezas que lo componen puede ceder, elevando bruscamente y en cuestión de segundos la temperatura del motor. El testigo de temperatura que hay en el tablero es un indicador clave para percatarnos de ese engorroso problema.
Si usted percibe un aumento de la temperatura, deténgase inmediatamente. De no hacerlo, la culata del carro puede deformarse, pandearse, dejando entrar agua al motor. Ese humo que se ve cuando se abre el capó de un carro recalentado es en realidad vapor de agua, que se evapora por las altas temperaturas de la máquina. Un motor con agua es fácilmente identificable ya que, al mezclarse con el aceite, crea una suerte de materia viscosa, lechosa, como crema de manos, que se percibe claramente en la varilla medidora del aceite o en la tapa del radiador. Esa es una señal inequívoca de daño en el sistema de refrigeración y es fundamental mandar el carrito al taller.
Recuerde que los daños en el sistema de refrigeración pueden presentarse sin previo aviso, como un paro cardiaco, especialmente si su carro ya ha rodado muchos kilómetros. Es también importante saber que, al cambiar una parte del sistema de refrigeración, existe la posibilidad de que otra falle rápidamente. Por ejemplo, si uno cambia el radiador por otro nuevo, el mismo va a trabajar a toda máquina, generando una carga de trabajo mayor a los demás componentes del sistema. Alguien me explicaba que era como si a un adulto mayor le pusieran el corazón de Nairo Quintana: es factible que se le explote una vena por la sobrecarga.
En fin, tenga siempre presente que el sistema de refrigeración es tan fundamental como impredecible. Hágale revisar las fugas cuando pase por el taller. Al ser un sistema cerrado, sellado, con una bomba y un manómetro se llena el sistema de aire. Si la presión se mantiene constante, las noticias son buenas. De lo contrario, puede haber una fuga y se necesita revisar el sistema de refrigeración.
Haga lo que haga, use agua o líquido refrigerante, le de o no le de pata a su carro, no olvide nunca echarle un ojito al termómetro en el tablero. De la temperatura de su motor depende, en gran parte, el buen funcionamiento y la buena salud de su vehículo.

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