Tuesday, January 10, 2017

Develando misterios de los carros ecológicos


A primera vista suena muy bien eso de decir: “Huy, me voy a comprar un carro ecológico”, queda uno muy moderno y muy ambientalista, pero si le preguntan qué tipo de auto de esos se va a comprar, ¿usted sabría qué contestar?
Lo más probable es que respondiera que uno eléctrico. Y es que la mayoría de nosotros solo conoce ese tipo de vehículos que entran en la categoría de ecológicos, pero resulta que hay muchas empresas involucradas en la búsqueda de nuevas formas de poner a caminar un carro. Lo mejor es que muchos de esos ya están en el mercado, su rendimiento va mejorando progresivamente y sus precios cada vez se van acercando más a los bolsillos de los mortales del común. Por eso, hoy voy a dar un repaso a los diferentes tipos de carros ecológicos que están rodando por las vías de nuestro planeta.
– Eléctricos: Se mueven por el impulso de uno o varios motores exclusivamente eléctricos a los que acompañan un montón de baterías, generalmente de litio o hierro. Se recargan conectándolos a una fuente eléctrica que puede ser incluso un enchufe convencional de una casa y tardan entre 20 minutos y 8 horas, dependiendo del modelo y de si cuenta con un cargador especializado de carga rápida. Este tipo de carros tiene como ventajas que no produce nada de contaminación acústica porque el motor no produce prácticamente ningún ruido, no emite CO2 y es rentable para el bolsillo porque la recarga de la batería es económica.
Desafortunadamente tiene desventajas, como la falta de una red pública para recarga que además todavía es muy lenta. Otro inconveniente es que la autonomía media de estos carros está por los 100 kilómetros (aunque últimamente hay modelos que alcanzan los 300) y que las baterías, que tienen una vida útil de entre 4 y 6 años, no son precisamente baratas.
– Híbridos: Combina el motor tradicional de combustible con el eléctrico, de manera que tienen mayor autonomía porque el motor principal se apoya en el eléctrico, que es secundario. Este último funciona como “asistente” en los tramos de baja velocidad y para mayor potencia se usa el otro. Normalmente estos carros no se enchufan, sino que la energía se regenera por el frenado o por el calor del motor. Como ventajas, podemos mencionar que el híbrido puede funcionar con el motor eléctrico para recorridos cortos (por ejemplo, en la ciudad), que son precisamente los trayectos que presentan mayor gasto de combustible. Además, sus baterías no se descargan si dejamos algo encendido, y tienen más autonomía que los carros eléctricos.
Como desventajas tenemos que, a pesar de ser considerado un carro ecológico, sus baterías son tóxicas y tanto ellas como el motor hacen que el carro sea más pesado que los normales, con lo que se produce un mayor gasto energético. También tiene componentes que son escasos en la naturaleza, o que se consiguen únicamente gracias a reacciones químicas como el lantano el neodimio.
– Eléctricos de autonomía extendida: Son como los híbridos pero funcionando al revés. Es decir, son carros eléctricos que se apoyan en un motor de combustión para lograr mayor autonomía, que es la gran desventaja de los eléctricos. En este tipo de carros el motor tradicional funciona solamente para recargar la energía de las baterías; todas las demás funciones del automóvil las lleva a cabo el eléctrico. Estos vehículos pueden llegar a tener una autonomía de hasta 600 kilómetros.
– De hidrógeno: Los carros que se mueven con este sistema tienen dos versiones. Por combustión, donde se usa este elemento como si fuera un combustible tradicional quemándose dentro del motor, pero su fuente de alimentación es una reacción química del hidrógeno y el oxígeno que genera energía y libera agua. El otro sistema es por pilas de combustible, donde se transforma el hidrógeno en energía eléctrica, de manera que se convierte en una especie de auto eléctrico.
Entre las ventajas de este tipo de carros, tenemos que el hidrógeno se obtiene del agua y de la misma forma solo emite vapor de agua. Las prestaciones están casi equiparadas a las de los vehículos convencionales y seguramente dentro de poco los superarán.
Por supuesto también tiene alguna desventaja, como que el hidrógeno no es un combustible primario y por lo tanto obtenerlo, almacenarlo y distribuirlo tiene un costo.

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